Por: Jessica Aguilar
Lucha contra la Parálisis Cerebral
Leve. (Titulo)
Madre ecuatoriana, que nunca dejó
de ver por el porvenir de su hijo “Mauri”, un niño discapacitado que lucha día
a día. (Sumario)
(Introducción) Bienvenidos, soy
Laura Mercedes Herrera Guillen, tengo 40 años de edad y tres hijos. Mi primer
niño tiene problemas de parálisis cerebral leve (PCI), se debe a que tuvo
complicaciones en el parto al nacer, a pesar de que todo el embarazo fue normal.
El
problema de “Mauri” radica en el alto nivel de bilirrubina, es decir, tiene acumulación
de líquidos en la parte derecha del cerebro. “La discapacidad es más física y casi
nada mental”. (Frase)
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Estudio en el Centro Integral de
Desarrollo.
En este momento tiene 21 años
cumplidos y posee una recuperación del 50 %.
(Hoja de vida)
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Esta
enfermedad le detectaron al día siguiente de haber nacido, “él estaba amarillito”,
el doctor le revisó y dijo, “vaya sáquele al sol, eso no es nada”. Entonces me
retire, al ver que no se le quitaba, regrese a decir que sigue amarillo y me indicaron
que le interne en el hospital. Los médicos tuvieron que hacerle un exsanguíneo,
porque no le bajaba la bilirrubina y esto le ayudó a que descienda. Pero aquel
examen fue realizado sin responsabilidad.
Cuando
me explicaron que con el exsanguineo bien se moría o se salvaba, y de salvarse
iba a ser especial. Dije no importa sea como sea, “yo voy a salir adelante con
él hasta las últimas consecuencias”.
En
el momento de la recuperación cuando tenía dos años, “él solo era un trozo de
carne”, que casi ni comía, súper flaquísimo.
Con
mi esposo vivimos juntos hasta los ocho años de edad de “Mauri”. Yo me dedique
profundamente a él, a pesar de que los médicos me dijeron que va ser una
persona especial, desde antes de hacerle el exsanguineo, claro que para mí era
muy difícil y doloroso.
Siempre
pensé que las cosas no son así, por lo que decidí ayudar y colaborar con mi
hijo hasta las últimas situaciones de la vida. He ganado mucho, mi hijo ha recibido
bastantes terapias y tratamientos.
Yo
nunca lo he escondido, no me avergüenzo de él, eso también es lo que me ha
ayudado mucho.
“Actualmente
es un niño que se controla todo, colaboradora y no me da mucho problema”.
Mi
hijo estudio en una escuela de Amaguaña, que fue hecha por el Padre Carolo. “Mauri”
estuvo en este lugar hasta los 17 años, a pesar de que el límite de edad fuera
de 15 años, “él recibió yapita”.
En
este momento está pasando en casa y no está en otra escuela, por el hecho de
que no me inspiran confianza.
Hoy
por hoy, recibo ayuda de la organización Manuela Espejo, antes me ha tocado
afrontar toda la situación sola porque no tenía ese apoyo.
He pasado por un
incalculable sufrimiento y dolor, pero del mismo dolor Dios me da fuerzas y gracias
a eso he podido salir adelante después de todo lo que he pasado.