lunes, 28 de enero de 2013

El cáncer no es sinónimo de muerte



por: Leslie Cobos

 “El cáncer no es sinónimo de muerte”

Sumario: A María Eugenia Cobos le diagnosticaron cáncer de estómago a los 33 años. Hoy dice que dios le dio una nueva oportunidad de vivir

Testimonio: En 1997 me detectaron cáncer al estómago. Al principio los médicos dudaron de mi diagnostico al no presentar ningún síntoma. Me hice una endoscopia digestiva, con ese examen me detectaron unas células invasivas, que estaban con indicios de producir cáncer.

Al ser enfermera, estaba consciente del diagnóstico y las consecuencias que había si no recibía el tratamiento a tiempo. Lo primero que pensé fue en la recuperación, para poder dar la atención tanto de madre como de hija.

Acepte mi enfermedad y me interne de inmediato al hospital, me intervinieron quirúrgicamente. Los médicos en el tratamiento fueron muy drásticos, ya que era joven. Me realizaron una gastrectomía total, es decir me                                                                                                                                                                extirparon el estómago y me hicieron un vaciamiento total de ganglios.



La recuperación duro un mes en el hospital. Al poco tiempo llegaron las molestias y a los seis meses de ser operada empecé la quimioterapia. Este tratamiento es mucho más difícil que la cirugía misma. Sabiendo esto lo asumí con mucha confianza y en fe en dios.

Fueron seis meses de quimioterapia, físicamente me fui deteriorando, pero sabía que era para mi bien, para que no queden restos de células malignas en mi sistema inmunológico y que al pasar los meses o años no vuelva a caer en el cáncer.

Esta fue una etapa muy difícil para mí, aparte de la enfermedad, también cruzaba un divorcio, pero con el apoyo de mis padres y mi familia pude superarme en todos los aspectos. Más aun pienso que como madre que soy mi inspiración siempre fue y será mi hija.  

Mi autoestima me ayudo a salir adelante. Supere los síntomas, porque quería estar bien, verme bien en todos los sentidos. Pero al año empecé con molestias de nuevo, acudí al hospital y me hicieron una laparotomía para explorar. Los médicos temían que mi enfermedad había avanzado, pero yo sentía que estaba curada. Esto lo asumí con responsabilidad y tome confianza en que los médicos decidan y hagan lo correcto.

Tuvieron que intervenirme quirúrgicamente de nuevo y lo que encontraron fue una obstrucción leve intestinal, a la vez se exploró si no tenía ningún indicio de cáncer o metástasis.

Han pasado como 12 años y me siento bien, cada año acudo a mis tratamientos. Tengo los síntomas secundarios a una gastrectomía, pero lo he superado, conozco mi cuerpo y puedo alimentarme normalmente. Todo esto me ha servido para poder ayudar a pacientes con la misma patología que padecía y que no se asusten al escuchar la palabra cáncer no siempre es muerte, sino que puede ser una nueva oportunidad para vivir.

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