por: Leslie Cobos
“El cáncer no es sinónimo de muerte”
Sumario: A María Eugenia Cobos le diagnosticaron cáncer de estómago a los 33
años. Hoy dice que dios le dio una nueva oportunidad de vivir
Testimonio: En 1997 me
detectaron cáncer al estómago. Al principio los médicos dudaron de mi
diagnostico al no presentar ningún síntoma. Me hice una endoscopia digestiva, con
ese examen me detectaron unas células invasivas, que estaban con indicios de
producir cáncer.
Al ser enfermera, estaba consciente del diagnóstico y las consecuencias
que había si no recibía el tratamiento a tiempo. Lo primero que pensé fue en la
recuperación, para poder dar la atención tanto de madre como de hija.
Acepte mi enfermedad y me interne de inmediato al hospital, me intervinieron
quirúrgicamente. Los médicos en el tratamiento fueron muy drásticos, ya que era
joven. Me realizaron una gastrectomía total, es decir me
extirparon el estómago y me hicieron
un vaciamiento total de ganglios.
La recuperación duro un mes en el hospital. Al poco tiempo llegaron las
molestias y a los seis meses de ser operada empecé la quimioterapia. Este
tratamiento es mucho más difícil que la cirugía misma. Sabiendo esto lo asumí
con mucha confianza y en fe en dios.
Fueron seis meses de quimioterapia, físicamente me fui deteriorando,
pero sabía que era para mi bien, para que no queden restos de células malignas
en mi sistema inmunológico y que al pasar los meses o años no vuelva a caer en
el cáncer.
Esta fue una etapa muy difícil para mí, aparte de la enfermedad, también
cruzaba un divorcio, pero con el apoyo de mis padres y mi familia pude superarme
en todos los aspectos. Más aun pienso que como madre que soy mi inspiración
siempre fue y será mi hija.
Mi autoestima me ayudo a salir adelante. Supere los síntomas, porque
quería estar bien, verme bien en todos los sentidos. Pero al año empecé con
molestias de nuevo, acudí al hospital y me hicieron una laparotomía para
explorar. Los médicos temían que mi enfermedad había avanzado, pero yo sentía
que estaba curada. Esto lo asumí con responsabilidad y tome confianza en que
los médicos decidan y hagan lo correcto.
Tuvieron que intervenirme quirúrgicamente de nuevo y lo que encontraron
fue una obstrucción leve intestinal, a la vez se exploró si no tenía ningún
indicio de cáncer o metástasis.
Han pasado como 12 años y me siento bien, cada año acudo a mis
tratamientos. Tengo los síntomas secundarios a una gastrectomía, pero lo he
superado, conozco mi cuerpo y puedo alimentarme normalmente. Todo esto me ha
servido para poder ayudar a pacientes con la misma patología que padecía y que
no se asusten al escuchar la palabra cáncer no siempre es muerte, sino que
puede ser una nueva oportunidad para vivir.
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