Por: Sofia Chicaiza
Título:
Cocinar, limpiar y besar, pagar 500 dólares gastados en una tarde
Sumario:
Endeudarse en 500 USD es una suma
difícil de pagar, más para un estudiante. Richard cuenta que tuvo que hacer
para liquidarla, después de haberlo gastado todo en una sola tarde.
Testimonio:
Ese día empezó como uno normal. Salí a comer
con mis amigos, pero ellos tuvieron que volver pronto a clases, así que fui solo
al Quicentro a tomar un helado. Al pasar por las tiendas vi una ropa que me
encantaba, pero no tenía la cantidad que necesitaba para comprarla. Como no
tenía efectivo, en ese momento, fui a retirarlo del cajero. Al consultar mi
saldo me di cuenta que tenía 560USD, yo hasta donde recordaba tenía 60 USD. La
emoción me invadió, podía comprar lo que
quería. Primero, saqué 250 USD, que es el límite que me dan y caminé por los
locales. Vi unos zapatos Adidas que me gustaron mucho, los compré, costaron 180
USD, pero aún tenía 70 USD más. Compré un pantalón en la misma tienda y se terminó la suma que
retiré del cajero.
Tal era mi emoción que fui a otro
local en el que aceptaban tarjeta e hice que me debitaran, era más fácil,
compre una chompa. Habría gastado hasta ese momento cerca de 350
USD, con lo que sobró, como tenía pendiente una deuda con un amigo, la pagué. La
verdad, nunca me pregunte de donde venía el dinero, solo estaba emocionado, tal
vez fue un error del banco o gané algo, no pensé más allá de eso.
Ya de regreso a casa ese día, mi
papá me cuenta que el dinero que tenía en mi cuenta era suyo, que había tenido
un problema con el banco y que lo había trasferido. Fue escalofriante, un
silencio enorme. No podía decírselo. Fue ahí cuando me di cuenta que la emoción
de comprar fue tal, que no recapacité en las consecuencias. No sentía remordimiento
compré lo que quería, reponer el dinero era el problema.
Un amigo me ayudó con 150 dólares,
pero me pidió un favor a cambio, a la semana siguiente debía preparar una cena
para él y su novia, entrar con un ramo de rosas y cantarle. La situación fue
incomoda pero, no tenía más remedio. Como siguiente paso tuve que contarle a mi
mama lo sucedido, aunque, no le dije que eran de mi papá. Ella me prestó 100
USD, tenía repuesto la mitad. Tres días
después conseguí que otra amiga me prestara 120 USD más, tuve que lavarle el
carro y sacarle a pasear a la mascota.
Por último, solo quedaba reunir 30 dólares más, cantidad que tampoco
tenía. Entonces, se lo pedí a un amigo
cercano, la situación fue diferente, porque aunque estaba listo para que me
pidiera otro favor, creo que estaba obsesionado conmigo. Me pidió un beso,
pensé que lo hacía en broma, quedamos en encontrarnos en un lugar cerca de la
zona. Cuando llegó al encuentro me
entregó más de lo que le habíamos acordado.
Luego de un rato me pidió nuevamente que lo besara como habíamos quedado.
Pensé que seguíamos en broma y le dije que bueno. Su cara cambio y dijo que iba en serio.
Tenía que completar el dinero y
empecé a pensar en eso, lo debía que hacer.
Aunque fue muy complicado. Me llevó a un bar llamado Buda, es un bar
gay, tomamos un poco, y sucedió el beso.
Si me preguntan si debía llegar a esos
extremos, yo si lo hago, tenía que reponer el dinero. Mi papá tiene un carácter fuerte, fue una cosa que hice ese momento, no
la he vuelto a repetir, es algo que tampoco olvidare, son cosas que no te pasan
todos los días. Hablo con mi amigo pero, no volverá a ser lo mismo.
Frase:
“Aún
sigo endeudado, pase cosas que no había pasado, pero, no me arrepiento de haber
gastado ese dinero.”
Hoja de vida:
Richard Patricio Maldonado, tiene
21 años de edad, estudia en la Universidad de las Américas la carrera de
gastronomía. Vive al norte de la capital, sector la Kennedy. Tiene una hermana,
Mirca Maldonado. Estudió en el colegio La Salle en esta misma ciudad.
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